Aprendiendo en la Escuela del Contentamiento - Capítulo 4
4. APRENDIENDO EN LA ESCUELA DEL CONTENTAMIENTO
En este capítulo iremos a la escuela, pero no para estudiar las matemáticas, la ciencia y la geografía. Cristo es el maestro y nos enseñará como podemos estar contentos y felices. Hay diez lecciones. Los creyentes que estudien este curso encontrarán que pueden ser felices no importando lo que les pasa en este mundo. Recuerden no solo que Cristo es el maestro, sino también que su vida es el ejemplo perfecto del contentamiento en todas las circunstancias.
Lección 1 - ¡Niéguese a sí mismo!
Ser un creyente tiene un costo. Los creyentes
que pretenden que el cristianismo no sea así, mienten.
Cristo habló en una forma directa y franca de
este asunto cuando dijo: “Y
decía a todos: Si alguno
quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que
quiera salvar su vida, la perderá; y todo el
que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.”
(Luc.9:23-24)
Es Cristo mismo quien enseña a los creyentes cómo deben negarse a sí
mismos. Les
enseña que no son dignos de la atención de
Dios, y que solo merecen la ira y el desprecio divino por sus pecados. Que no pueden hacer nada sin su
ayuda. Cuando las cosas que disfrutaban les son quitadas, deben darse cuenta que no merecían nada de
Dios, puesto que casi no le han servido. Cristo les enseña que son tan pecaminosos que son muy propensos a echar a perder las
cosas buenas que El les otorga. Aunque El les puede bendecir y capacitar para
usar correctamente sus bendiciones, si El les deja a sí mismos, con seguridad serán mal usadas. Les
enseña que si fueran a morir, la obra de Dios no se desvanecería, sino que El fácilmente podría
sustituirles. Entender estas cosas es una parte de lo que significa la negación de uno mismo. Debemos
humillarnos y darnos cuenta de que no somos tan importantes, ni indispensables. Entonces,
cada dificultad nos parecerá pequeña, y cada bendición grande.
Lección 2 - La autonegación de Cristo.
Nadie jamás se ha negado a sí mismo como
Cristo lo hizo. Isaías escribió: “Angustiado
él, y afligido,
no abrió su boca: Como cordero fue llevado al matadero; como oveja
delante de sus trasquiladores,
enmudeció y no abrió su boca.” (Isa.53:7)
Isaías estaba profetizando la forma como Cristo se sometería
a la muerte, como un sacrificio por los pecados de su pueblo.
Pablo escribió acerca de Cristo, que “se
despojó a sí mismo tomando forma de siervo,
hecho semejante a los hombres; y hallado en la condición
como hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz.” (Fil.
2:7-8) Sin embargo, Cristo
fue la persona más contenta que jamás ha vivido. Entre más cerca que los
creyentes sigan el ejemplo de la autonegación
de Cristo, más felices serán. Cristo se regocijaba en
hacer la voluntad del Padre. Los creyentes
necesitan aprender lo siguiente: Que la gente egoísta solo
puede ser feliz mientras Dios hace lo que
ellos quieren, pero aquellos que se niegan a sí mismos son
felices con todo lo que Dios hace.
Lección 3 - Nada satisface sin Dios.
“Vanidad de vanidades, dijo el Predicador... ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?” (Eclesiastés 1:2-3) Aquellos que no son felices con las cosas que este mundo les ofrece no son infelices (como ellos suponen) por no tener lo suficiente, sino simplemente porque las cosas de este mundo no pueden comprar la felicidad. La raza humana fue creada para conocer y disfrutar de Dios. El gran teólogo Agustín escribió: “Tú nos hiciste para Ti mismo, y nuestros corazones no estarán contentos, hasta que encuentren descanso en Ti.” La gente infeliz que piensa que obteniendo más cosas encontrará satisfacción es como una gente hambrienta que piensa que comiendo aire se llenará. “¿Por qué gastáis el dinero y no en pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?” (Isa.55:2) No vale la pena tener algo, si uno no tiene a Dios.
Lección 4 - Cristo
satisface.
Jesucristo enseñó que es El mismo quien hace a una persona realmente feliz. El dijo: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre”. (Jn.6:51) También dijo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” (Jn.7:37) El pan y el agua son las necesidades más básicas de nuestros cuerpos. Jesús estaba enseñando que El satisface las necesidades más básicas de nuestras almas, al igual que Isaías profetizó: “Oídme atentamente y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.” (Isa.55:2) Jesús prometió que su pueblo tendría “vida” y que la tendría “en abundancia”, y que su gozo sería un gozo “cumplido” (Jn.10:10; 16:24).
Lección 5 - Sea un peregrino y un soldado.
Los creyentes son peregrinos. Sólo pasan por
este mundo y habitan temporalmente en sus cuerpos.
Están preparándose para una eternidad en el cielo cuando recibirán
de Dios sus cuerpos resucitados y
perfeccionados. Entonces resulta necio
inquietarse o estar preocupado acerca del estado presente de
nuestros cuerpos. Los creyentes de los cuales leemos en Hebreos 11
confesaban que eran “extranjeros
y peregrinos de la tierra...” Buscaban una
patria mejor, es decir, la celestial. “Por
lo cual Dios no se
avergüenza de llamarse Dios de ellos, porque
les ha preparado una ciudad.”
(Heb.11:13-16) Los
creyentes tienen que aprender a vivir de esta
manera. Los viajeros que están lejos de su hogar se
conforman a muchas inconveniencias, como por
ejemplo, mala comida o condiciones difíciles en el
camino. Los creyentes tienen un hogar
eterno, y las inconveniencias durante su estancia en la tierra no
deberían preocuparles mucho.Los cristianos son soldados. Pablo escribió
a Timoteo: “Tu
pues, sufre trabajos como fiel soldado de Jesucristo”. (2 Tim.2:3) Un soldado que está fuera de su hogar en
servicio activo participando de entrenamientos y maniobras, no espera
disfrutar el confort de su hogar. Los creyentes son soldados peleando contra el diablo, el enemigo de sus
almas. Deberían estar dispuestos a soportar sufrimientos y penalidades. Tienen que guardar en mente que
la vida cristiana es una batalla larga, y es inevitable que sufran dificultades y pruebas. Aunque los soldados normales no
pueden saber con anticipación quien ganará la guerra, sin embargo los creyentes
pueden estar ciertos de que Jesucristo asegura de antemano que ellos obtendrán al final la victoria.
Lección 6 - Disfruten los buenos tiempos.
La totalidad de la creación divina está aquí
para que los hombres y las mujeres la disfruten. Pueden
estar realmente felices sabiendo que todo lo
que tienen proviene de Dios y siendo agradecidos. Los
creyentes ven todas las cosas que Dios ha
creado y en ellas pueden observar la bondad de Dios. Las
cosas que El ha hecho les hacen felices.
Pero tienen que darse cuenta de que sus posesiones no son las
cosas más importantes que Dios les ha proporcionado, y que pudiera
ser que sufran la pérdida de ellas
si Dios quiere. Dios les puede llamar a que
le sirvan en tiempos difíciles, o les puede llamar a que le
sirvan en tiempos buenos. Sea como fuera,
Dios quiere que disfrutemos de las buenas cosas que El da.
El escogerá lo mejor para nosotros y tenemos
que aprender a estar felices con ello.
Lección 7 - Conócete a ti mismo.
Todos los creyentes deben escudriñarse a sí
mismos para descubrir cuales son los deseos más profundos
de su corazón. Esto les enseñará que no son las circunstancias de sus vidas lo
que les hace infelices, sino más bien la
condición de sus corazones. A menudo la causa real de la infelicidad es el pecado.
Los creyentes que se conocen a sí mismos pueden luchar y oponerse a sus
pecados, y de esta forma evitar la causa de mucha infelicidad.
Los creyentes que no se conocen a sí mismos
probablemente estarán muy temerosos y confundidos cuando surjan problemas. Comenzarán a decir:
“¡Dios se ha olvidado de mí!”. Pero si saben que necesitan ser humillados, entonces comprenderán que Dios
les envía problemas para que sean probados o disciplinados. Un medicamento que tiene
efectos secundarios no agradables puede salvar su vida. De la misma manera, una experiencia que incluye algunos efectos desagradables
puede salvaguardarnos del pecado.
Mientras que un cristiano crece en su auto-conocimiento, sus
oraciones se mejoran. Los creyentes inmaduros
que no conocen sus propios corazones piden muchas cosas dañinas y entonces se
deprimen cuando Dios no contesta sus peticiones.
Lección 8 - ¡Ten cuidado con las riquezas!
Frecuentemente los creyentes envidian a los ricos y no se percatan
de los problemas que acarrean
las riquezas. “Porque el amor del
dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se
descaminaron de la fe, y fueron traspasados
de muchos dolores.” (1
Tim.6:10) Los zapatos nuevos se
ven bien, pero sólo el que los lleva puestos
sabe que le aprietan. Una ciudad puede tener una bonita
apariencia, pero sus habitantes conocen de los
barrios bajos, la corrupción, el peligro, el tránsito, la
contaminación.
Hay muchas personas que son ricas y prósperas
exteriormente, pero por dentro están tristes. Muchas personas ricas y famosas tienen que enfrentarse con
muchos conflictos y problemas. La prosperidad puede
acarrear problemas. La prosperidad trae muchas tentaciones. Jesús dijo que era
muy difícil que un rico entrara en el reino
de los cielos. Aún más, algún día la gente rica y famosa tendrá que rendir cuentas
a Dios de como usaron sus riquezas y su fama.
Lección 9 - Ten cuidado de obtener siempre lo que quieres: ¡puede ser peligroso!
Varios textos en la Biblia nos hablan de la
gente que obtiene lo que quiere. Lo que la mayoría de la
gente quiere frecuentemente es algo egoísta
que sin lugar a dudas les haría daño obtenerlo. Entonces
cuando Dios les da lo que quieren, se convierte en un castigo
severo. “Pero mi pueblo no
oyó mi voz,
Israel no me quiso a mí. Los dejé, por tanto,
a la dureza de su corazón; caminaron en sus propios
consejos.” (Sal.81:11-12)
Bernard de Clairvaux (1090-1153) dijo: “No me dejes tener una miseria
como esa; porque darme lo que yo quiero
tener, darme lo que mi corazón desea es uno de los juicios
más horrendos en el mundo.” Aprender que
nuestros deseos naturales nos pueden desviar es una de las
lecciones más difíciles, pero al mismo
tiempo, una de las más importantes en la escuela de Cristo.
Lección 10 - ¡Dios tiene el control!
Dios gobierna al universo entero, y eso
significa que aún los detalles más pequeños que nos suceden están bajo su control. Entonces, todo lo que
les pasa a los creyentes sucede porque es la voluntad de Dios para ellos y porque Dios sabe que será
bueno para ellos. Jesús animó a sus discípulos recordándoles esto. El dijo: “¿No
se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está
olvidado delante de Dios.
Pues aún los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues;
más valéis vosotros que muchos pajarillos.”
(Luc.12:6-7)
Los creyentes deberían orar para que Dios
incremente su fe a fin de que puedan apreciar Su cuidado
al planear todo lo que les acontece.
Debieran recordar de plano que no pueden comprender todo lo que Dios está haciendo con ellos. Puede ser que
Dios tenga un propósito a efectuar dentro de veinte años, el
cual depende de algo que les está sucediendo
en esta semana. Si resisten la voluntad divina para esta semana, entonces están resistiendo Su voluntad
para todas las cosas futuras que dependen de esta semana.
Dios obra en varias maneras. Les ayuda a los
creyentes a estar felices con lo que El hace y a entender un poco acerca de la manera como El obra. Hay
dos cosas en particular que los creyentes pueden
aprender acerca de la manera divina de obrar:
Primero, es normal que el pueblo de Dios
sufra. Los no creyentes piensan que si Dios realmente existe y si los creyentes en realidad le
pertenecen, entonces no deberían sufrir. Pero, la verdad es lo contrario. El hecho de que sufren es una
evidencia de que pertenecen a Cristo. Pedro escribió: “Amados, no
os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa
extraña os aconteciese, sino
gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que
también en la revelación de su
gloria, os gocéis con gran alegría.” (1
Pe.4:12-13)
Segundo, Dios puede traer grandes bienes de
grandes males. Frecuentemente Dios sujeta a su pueblo a grandes pruebas antes de
bendecirles en una manera especial. José fue un prisionero antes de llegar a ser gobernante en Egipto; David fue perseguido antes
de llegar a ser rey de Israel; y Jesucristo mismo sufrió y murió antes de ser resucitado y glorificado.
Lutero dijo: “Este es el camino de Dios; primero nos humilla para poder
levantarnos; nos mata para poder vivificarnos; nos vence para poder glorificarnos.”
Preguntas que pueden ayudarle en su meditación del capítulo 4:
1. ¿Es el entendimiento práctico de la soberanía de Dios un ingrediente necesario para el contentamiento cristiano?
2. Jesús habló de su capacidad de satisfacer a los sedientos y a
los hambrientos. (Vea Jn.4:13-14)
Aquellos que tienen a Cristo debieran estar
contentos con El. ¿Qué significa esto para usted en términos
prácticos?
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